martes, 15 de noviembre de 2011

EL NUEVO MODELO DEMOCRÁTICO: GRECIA E ITALIA

En los últimos días hemos asistido a una nueva evolución de este sistema democrático que nos han vendido como el único posible. En una nueva vuelta de tuerca, los grandes capitalistas han decidido dejarse de farsas y pasar de las elecciones (la gran fiesta de la democracia, o eso nos dicen a todas horas) para colocar a los jefes de Gobierno de Grecia e Italia.


Tanto Papandreu como Berlusconi (tiene huevos que con todos los motivos que ha dado este energúmeno, para largarlo de su puesto y del planeta ya puestos, haya tenido que ser esa cosa llamada mercado financiero la que le haya hecho dimitir) han salido por la puerta de atrás a la mínima que no han seguido al pie de la letra los deseos de las instituciones financieras. En su lugar se ha colocado a dos personajes que son vendidos como “expertos” que han venido para salvar la papeleta de sus respectivos países. Veamos quiénes son estos salvapatrias.

Lucas Papadimos es un doctor en economía graduado en el MIT. Fue economista jefe del Banco Central Griego desde 1985 hasta 1993. A partir de 1994 y hasta 2002 fue el gobernador de dicho banco, desde ahí dio el salto y se convirtió en la mano derecha de Trichet en el BCE hasta 2008. Es decir, un artífice de la gran mentira económica griega y actor principal de la dictadura del BCE, tiene que salvar a Grecia del fondo del pozo donde ha contribuido sobremanera a meterla.

Mario Monti fue comisario europeo durante muchos años (con varios gobiernos italianos) además de rector de la universidad de Bocconi, en la Comisión europea ha tenido la máxima responsabilidad en áreas como mercado interior y competencia. Este buen hombre ha sido (o lo es) asesor de compañías como Coca Cola y Goldman Sachs (curiosamente durante la época en que este banco ayudó a expoliar a Grecia). Para mayor gloria, ha sido un miembro importante de la Comisión Trilateral cuyo objetivo principal es imponer el capitalismo salvaje por todo el mundo.

Situados los sujetos, no hace falta mucha imaginación para saber cuáles van a ser las políticas aplicadas a partir de ya en estos dos países: más de lo mismo tirando a peor, es decir, adiós a cualquier atisbo de justicia económica y derechos de cualquier tipo para el pueblo.

De todo esto, hay una conclusión inevitable y es que la democracia ha muerto y, por tanto, debemos abandonar toda esperanza de cambiar el sistema desde dentro. El último bastión democrático que le quedaba a todos aquellos que todavía tenían fe en este sistema de representación ha sido eliminado de un plumazo. Finalmente, hemos visto que la soberanía no reside en el pueblo sino en el gran capital. La voluntad del pueblo ha sido violada y aniquilada de un plumazo con la complicidad de políticos y medios de comunicación que no han tenido ningún rubor en legitimar lo que claramente es un Golpe de Estado.
La confirmación de que vivimos bajo el yugo de una dictadura es tan evidente que el circo electoral que estamos viviendo en España en estos momentos toma tintes dramáticos cuando veo a tanta gente con verdadera voluntad de cambio que todavía ve posible que todo se arregle con un resultado electoral favorable a un determinado partido (sea el que sea). Sólo el pueblo es el legítimo dueño de la soberanía y visto lo visto sólo la podrá ejercer cuando todos nos decidamos a tomar las riendas de nuestras vidas sin ningún tipo de intermediario o representante.

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sábado, 5 de noviembre de 2011

REFERÉNDUM GRIEGO: ¡QUÉ BONITO FUE MIENTRAS DURÓ!

El anunciado referéndum griego vino a arrojar una débil luz sobre la oscuridad con la que el sistema capitalista nos ha envuelto a todos desde hace mucho tiempo.
Desde luego, este anuncio debía verse como una victoria del pueblo sobre la clase dirigente pero tampoco era como para volvernos locos de alegría. Simplemente fue un anuncio y, desde el principio, existían muchos factores de los que iba a depender que esta consulta (que en principio iba a realizarse el día 4 de diciembre) fuera el primer paso hacia una verdadera política del pueblo.

Contextualizando un poco la situación y a riesgo de simplificar demasiado, siendo como soy un lego en economía, Grecia lleva tiempo siendo sometida a la voluntad de los grandes bancos y capitalistas a través de los mandatos de sus brazos políticos (FMI, EU, BCE). Esto se ha traducido en una pérdida radical de derechos sociales, laborales y de cualquier índole. Ha condenado al paro a millones de griegos, ha forzado el éxodo de miles y otros tantos se han visto en la más absoluta de las miserias. Desde luego, la clase política griega lleva muchos años abonando el camino a base de engaños y estafas, siendo como han sido alumnos aventajados de la piratería política y del expolio de las riquezas de los ciudadanos.

Finalmente, el país se ha visto a las puertas de lo que la teoría capitalista denomina bancarrota, es decir, que ya no tienen de donde sacar ni un céntimo más. Es en este punto (y no antes) donde al Gobierno griego le entra la locura democrática y decide que sea el pueblo el que decida si hay que apretar el gatillo del arma que les está apuntando directamente al corazón.

Hasta este punto todo ha sido pesimismo, sin embargo, es justo reconocer que la convocatoria del referéndum no se hubiera producido si el pueblo griego se hubiera comportado como el dócil rebaño de ovejas que el sistema necesita. Esta consulta al pueblo sólo podría haber sido posible gracias a todas las luchas llevadas a cabo durante los últimos años por unos ciudadanos que jamás han perdido la fe en el poder del pueblo. Docenas de huelgas y luchas callejeras, protestas masivas, millares de golpes sufridos y tremendas represiones dignas de las más despiadadas dictaduras, no han conseguido acallar la voz de un pueblo que pide justicia y sobre todo que pide que les dejen decidir a ellos sobre su futuro.

Este acercamiento a lo que empezaría a parecerse a la auténtica democracia ha hecho enfurecer a la bestia y a todo su ejército que rápidamente anunciaron las calamitosas repercusiones que todo esto podía a tener: congelación de la próxima ayuda de 8.000 millones de euros, la bancarrota definitiva de Grecia, su probable salida del euro y un sinfín de lo que para el sistema son consecuencias negativas pero que para el pueblo supondría una bocanada de aire fresco ante una situación asfixiante. Hasta los políticos españoles salieron diciendo que el referéndum era una locura y que a quién se le ocurre preguntar al pueblo; en fin a los de aquí les conocemos de sobra. No obstante, lo que el sistema no ha dicho en ningún momento son las posibles repercusiones que tendría el hecho de que el pueblo griego decidiera por sí mismo su futuro y lo que supondría para la banca y los especuladores: un más que probable rechazo del plan de rescate aprobado por la Troika antes mencionada. Además del probable efecto contagioso que pudiera tener en la población de todos aquellos Estados sometidos al fraude de la deuda como es nuestro caso.

Después de todo lo dicho, el rugido de la bestia ha sido suficiente para destapar la estrategia del Gobierno griego que rápidamente se ha echado atrás y ha empezado a pactar una especie de gobierno de concentración nacional con la derecha (de esta forma, Papandreu consigue el verdadero objetivo de todo esto: no comerse el marrón él solito y mantener incólume la imagen del partida para próximas ediciones de la farsa electoral).

Por si alguien tenía dudas de quiénes son los que mandan lo volveremos a repetir: NO VIVIMOS EN UNA DEMOCRACIA, VIVIMOS BAJO UNA DICTADURA.

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