SILENCIOS

A veces para poder quebrantar el silencio hace falta compartirlo.



SILENCIO Nº34
(Brindis)

Por las que aman y abren nuevos senderos
en la espesura que nos rodea.
Por las que mantienen viva la llama
que nos permite vislumbrar otras realidades.
Por las que convierten las ideas en acciones,
transformando los sueños en verdades.
Por las que no renuncian a toda la belleza que nos rodea,
por muy invisible que nos parezca.
Por todas las personas que anhelan la libertad y la justicia social.

Por todas y para todas ellas.


SILENCIO Nº 33
 (Las dos orillas)


Mejillas hundidas

realzan unos pómulos que parecen querer escapar de un lugar que no les corresponde, intuyendo el próximo desastre.



Miradas perdidas
carentes de objeto que enfocar, convirtiendo en inútil la observación de un horizonte perpetuo que parece no materializarse jamás.

Pasos cortos
rápidos y ligeros hacia ninguna parte, la misma de la que provienen, con una prisa desmesurada que se contrapone a la lentitud vital que expresa el cuerpo derrotado.

Voces grumosas
que lo dicen todo sin articular apenas sonido inteligible, desgranando códigos aptos solamente para oídos avezados.

Del otro lado
estados emocionales diversos miran sin querer ver, con desconfianza, tensando unos músculos prestos a la respuesta, controlada por la legitimidad del que se sabe superior, del que cree vivir en la orilla correcta. 
 

SILENCIO Nº 32
(A la Güela)


Espurnes travessant el temps,
il.luminant determinats moments,
calant petits focs
que perduren a través dels anys.


Espurnes creuant-se entre elles
construint mapes amb significats
tan sols al seu abast,
incomprensibles per a la resta.


Espurnes que tard o d'hora ens apaguem
deixant al darrera una petjada perenne,
una escalfor reconfortant,
un record inesborrable.





SILENCIO Nº 31


 Son,


ahora mismo son.


Esperanza, proyecto de futuro,


sustrato de la idea que mantiene el fuego,


que alimenta el deseo


Son,

ahora mismo son.

Objetivo, diana, meta.

Sujetos de una estrategia infame, suicida

ajena a la vida.


Serán,

en su mayoría serán.

Parte de la masa,

residuo en un mundo de desecho

objetos inservibles seres prescindibles.


Serán,

en su mayoría serán.

Cuerpos rotos trasformados por la máquina,

espíritus quebrados

corazones acallados.
 



SILENCIO Nº 30

Tanta inocencia

apenas contenida en un pequeño cuerpo.

Apenas, un hilo de luz

capaz de abrirme paso en un mundo oscuro,

Tan poco inocente.

A cada instante mil dudas,

mil temores e incertezas.

Pero de nuevo, una mirada,

un pequeño gesto me devuelve el valor.

Me recuerda que nunca voy a darme por vencido.

Ahora menos que nunca.

Quedan miles de batallas por librar,

tantas como seres que todavía, a pesar de todo,

recuerdan cómo suenan los latidos del corazón.



SILENCIO Nº 29
(reflejos rotos)

En algún momento dejé de comprender lo lógica

que envolvía todo lo que me rodeaba.

Siendo sincero, creo que jamás la entendí.


A pesar de todo,

decidí moverme por instinto

creyendo que bastaría para recuperar la cordura.

Poco sospechaba que hasta eso había sido arrinconado

de tal manera que me era imposible encontrarlo.


Todo mi interior había sido colonizado

en una fabulosa maniobra tan contundente

como sigilosa.

Infiltrado hasta el último átomo de mi ser

sin siquiera haber podido presentar batalla.


Para cuando quise darme cuenta,

apenas reconocí nada de lo que antaño había sentido como propio.

Pequeños vestigios de lo que un día creí ser.




SILENCIO Nº 28

Y de repente, la calma.

El sonido de la vida,

pecho contra pecho

lejos de cualquier ambigüedad

alejando el dolor omnipresente.


El olor de la vida,

lo inunda todo y se abre paso.

El mundo se paraliza,

desaparece el velo de rabia

ese sufrimiento aparejado

a una vida dedicada

a tener, a no ser.


La respiración acelerada

me acerca a la esencia,

no habrá otro momento igual,

otro instante como ese.

El dedo señaló la luna

y yo, por fin, la vi.

Su esplendor etéreo

me hizo comprender la fugacidad,

la no necesidad de aferrarse,

la acuciante sensación de plenitud

de saber en ese precioso instante

Fui, soy y seré.



SILENCIO Nº 27

Soy un ser limitado,

incoherente y con dificultades

para convivir con el torrente

de emociones y pensamientos

que me conformen y, al tiempo,

amenazan seriamente

la frágil estructura que me sustenta.


¿Es posible que el miedo,

la esperanza, el dolor

y la alegría, naveguen juntas?

¿Es posible qué ese torrente emocional

se concentre en un solo punto?


¡Cómo me gustaría ser

igual que ese navegante experto!

Capaz de orientarse

con un solo vistazo a las estrellas

y sin instrumentos ni cartas que consultar.


Porque así es cómo me siento ahora,

Sin brújula que me indique el camino adecuado

Que anhelo recorrer.



SILENCIO Nº 26

Ambiente cargado,
hasta la última partícula de aire
anda colonizada por ese aroma,
embriagador y dulzón
que reaparece cada cierto tiempo.

Su objetivo:
Cubrir la pestilencia que nos devora.
Su táctica:
La victoria por saturación.

Cantos de sirena
reproducidos y amplificados hasta la saciedad
flotan en ese aroma
que a pocos convence
pero que muchos son
los que todavía recurren a él
para ocultar el vacío
que habita en su interior.

Volveremos a respirarlo sin descanso
hasta que logre colonizar
el último átomo
de nuestro cuerpo.

Los afortunados,
sabrán taparse la nariz a tiempo,
mientras mantienen sus ojos bien abiertos
y la mente limpia
ante tanta estupidez perfumada.




SILENCIO Nº 25
(Resistir, Existir)

La voluntad de resistir

renace cada día

en el corazón de los que sufren.

Se despliega sin descanso

tratando de asegurar algo más de tiempo.

Un poco de esperanza,

mientras llega la hora de romper

el nudo que atenaza aquello

que aletea en nuestros cuerpos.


La necesidad de existir,

de ser, de estar, de sentir y presentir.

Todo esto y más se ve sepultado

por esa voluntad de resistir,

sobre la que nos impulsamos

y construimos un inestable castillo de naipes

que se derrumba a cada momento.

Volvemos a levantarlo,

relegando, a sabiendas o sin querer,

a lo más profundo

nuestra necesidad de existir.




SILENCIO Nº 24
(Autómatas)

Amanece, la máquina cobra vida,

el tiempo recupera la crudeza

perdida durante la noche.

Pasa un rato hasta que tomo conciencia

al notar los rayos del sol en mi cara.

La certeza de lo inútil cae a plomo

mientras se desvanece la ilusión


Siempre la misma pregunta en el aire.

Nunca una buena respuesta,

simplemente una que empuja hacia delante,

vence pero no convence


Si me esfuerzo, puedo percibir

los mismos interrogantes

planeando sobre las mismas cabezas

con las que coincido a diario


Un mar de dudas

conforma una existencia rutinaria

de la que formo parte.

Una pequeña isla

de un enorme archipiélago perdido

en la inmensidad del mar



SILENCIO Nº 23
(La rendija)

A veces siento la necesidad

de atisbar ahí fuera,

abrir ni que sea una rendija

por la que asomarme.


Necesito comprobar que la belleza

persiste pese a la constante

humillación que la azota.

Necesito comprobar que todavía

hay latido,

pese a tanto corazón de hierro.


Al tiempo que observo,

me libero del aire viciado

que se agolpa en este lado.

Olfateo el casi imperceptible rastro

que todavía perdura,

de aquella época

en la que todo era posible.




SILENCIO Nº 22
(Jaula de oro)


Si en algún momento consigo salir,


será a costa de mi miedo.


Será porque no hay atrás


al que mirar.


Sé que la celda


tiene la puerta abierta


pero no consigo ver el camino,


hay tantas cosas aquí adentro.


Imposible no dejarse atrapar


por alguna de ellas,


no querer que me atrapen


y dejar que me seduzcan,


que me den una razón


para permanecer encerrado,


seguro entre estos muros


que yo mismo

he ayudado a construir.

SILENCIO Nº 21
Deambulando a tientas
entre tantas luces y sonidos
sin percibir apenas nada
que no sea la necesidad.
Buscando llenar un vacío
del que desconocemos todo,
pero que nos arrebata
hasta el último aliento.
Sin ser capaces de explicar
su aparición, de dónde viene
pero admitiendo su verdad,
acatando su servidumbre.
El objetivo está cercano,
las señales se hacen evidentes.
Son muchos para andar equivocados,
son demasiados para no tener razón.
La teoría del número siempre fue correcta,
ya de pequeños lo aprendimos.
Cómo resistirse a la evidencia,
al placer de sentirse realizado.
Por tan sólo unas monedas,
un precio ridículo.
Tan solo alquilar la vida,
no importa.
Sigo creyendo,
mi propiedad es mía.


SILENCIO Nº 20
(Cotidianidad)

Qué ilusos fuimos pensando
que con cerrar los ojos
bastaba para no ver.
Que sería suficiente
con dejarse llevar
por ese espíritu de los tiempos
que no permite sentir nada
más allá de lo que somos
capaces de soportar.

Una falsa fraternidad
se extiende insaciable
buscando una salida
ante el dolor de lo cotidiano.
Pero no me sirve, no creo en ella.
Demasiado sufrimiento acumulado
en nuestras conciencias,
demasiadas vidas truncadas
que no desaparecen
al cerrar los ojos.



SILENCIO Nº 19

 No me suelta,

me sigue lastrando a cada paso.

Se sabe fuerte, inalcanzable

allá en la atalaya de mi cuerpo,

buscando la manera

de enraizarse en lo más profundo.

Sabe que de conseguirlo

la victoria estará a su alcance,

lo habrá logrado. Seré un simple número

en su larga lista de éxitos.


Y yo lo arrastro

mientras trato de vivir.

Intento desenredarlo,

dejar libre la raíz de mi ser.

Sé que ahí no puede conmigo

por mucho que lo intente,

por mucho que le ayuden.

La claridad de esa luz

es más fuerte que su dolor.


Algún día conseguiré

que esa luz alumbre mi camino,

esa es la lucha que libro.

Esos son los pasos que deseo andar.



SILENCIO Nº 18
(Manos desnudas)

Manos desnudas,

incapaces de seguir

los impulsos

de un corazón denostado,

relegado a la condición

de una simple máquina

de bombeo.


Manos desnudas

al servicio

de un cerebro temeroso.

Recluido entre complejos,

entre preceptos morales

impuestos por un poder

superior, inhumano.


Manos desnudas

dedicadas a la reproducción

sin sentido,

dedicadas a la perpetuación

de la no vida.


Manos desnudas

que olvidaron

su capacidad creadora,

su potencia amatoria.


Manos desnudas

que ya no recuerdan

cuando eran capaces

de construir miles de mundos

apenas esbozados

por nuestros corazones.



SILENCIO Nº 17
(Tiempos modernos)

¿Dónde quedaron las palabras?

¿Dónde los significados respaldados por los hechos?

Cuesta respirar con tanto humo,

tanta fachada deslumbrando,

ocultando interiores vacíos carentes de calor.

Puro artificio que apenas

consigue disimular vidas inertes,

carentes de verdad.

Reducidos a simples cuerpos

desplazados de su eje,

tratando afanosamente

de dar lo mejor de sí.

Cuerpos que olvidaron que tan sólo

son meros recpetáculos de una esencia,

un tesoro convertido en maldición.




SILENCIO Nº 16



Me cansé de las luchas


por un trapo


con el que cubrir nuestras miserias.


Jamás serán lo suficientemente buenos


para nosotros.




Sólo sirven para crear corrientes


cada vez más difíciles de remontar,


Que nos aíslan, que nos separan




Pero sigo aquí, esperándote.


Con el mismo dolor,


la misma rabia


y todo el amor que soy capaz de sentir.


SILENCIO Nº 15


El mañana siempre está por llegar,


ahí, inalcanzable y tal vez, por eso


deseado como esperanza.


Depositario de la fe en algo nuevo,


algo mejor para todos.


Sin embargo, el mañana nunca llega.




Lo acaricio con mi mente


imaginando todo lo que está


por suceder, por ocurrir.


Lo moldeo a mi gusto,


sabiendo de lo imposible


de algunas cosas,


de lo improbable de otras.




Sé que sería mejor


centrarme en el ahora,


empezar a caminar por el suelo


que está bajo mis pies.


Duele demasiado.


Mi mente prefiere sobrevolar el mañana.


Mi alma, quedó estancada en otro tiempo.



SILENCIO Nº 14


Sintiendo la luz con la que te pensé,


cerrando un círculo que no me corresponde,


viviendo un momento


que no debería haberse escrito.


Que nadie tenía derecho


siquiera a mencionarlo.




Ahora vuelas con toda libertad,


con toda la que siempre desee que alcanzaras.


Pero sigue doliendo


cada lagrima derramada


y sigo quebrándome


a cada paso.




No puedo evitar que mi cabeza


vuele contigo,


imagine todo lo que no ha sido.


Jamás sospeché


lo difícil que es decir adiós


a alguien que ya se ha ido.



SILENCIO Nº 13

Extraños tiempos estos

por los que deambulo

con la convicción de sentirme

un extraño entre tanta gente.


Sé que no estoy solo,

reconozco esa misma extrañeza

en los otros.

Pero nadie da el paso.


Incapaces o incapacitados,

no lo sé.

Lo que es seguro,

es que preferimos la irrealidad virtual

frente a la realidad cotidiana.

Más fea, más dura, más dolorosa

Pero, sin duda,

la única opción de sentirse vivo,

aunque ya no sé si eso

significa algo

en estos extraños tiempos.



SILENCIO Nº 12
(¿Todo marcha bien?

Parece tan sencillo,
miras a tu alrededor y
cuesta captar el esfuerzo emocional
que supone aparentar que
todo funciona,
que todo marcha bien.

Incapaz de darme cuenta
de que yo mismo soy un exponente
de todo eso.
Cuesta tanto mirar
hacia dentro,
es tan difícil y doloroso
que acabamos por no hacerlo,
acabamos por creernos invulnerables
de tanto mirar hacia fuera.

Y despertar cada mañana
con lágrimas en los ojos,
con la rabia de la certeza
de que nada va a cambiar.
Con el dolor que produce
enfrentarse a la vida
en lugar de, simplemente,
vivirla.

Sabiendo que sin importar
el precio a pagar
harás lo que tengas que hacer
y estarás donde tienes que estar.
Aunque muchas veces,
preferirías no hacer.
Lo darías todo por no estar.




SILENCIO Nº 11
(No me seducen las luces)

 De nuevo, se ilumina el escenario

aparecen las luces

tan atractivas y esperanzadoras

como de costumbre,

y con ellas, sus sombras.

Apenas perfiladas, simple esbozo

de un miedo pretérito, ancestral.


No me seducen las luces.

Fantaseo con dejarme atrapar por ellas.

A veces, incluso lo deseo

pero no consiguen penetrarme.

He experimentado la sombra,

su fuerza aterradora y sé

que ese es mi lugar.


En ese espacio

todo es más confuso,

se hace difícil andar en la penumbra

sin tropezar, sin caer.

Pero es la única opción

de construir tu propio camino.




SILENCIO Nº 10


 Camino, veo los rostros


de la gente con la que me cruzo,


en muchos de ellos


creo reconocer las huellas


de algo cotidiano.


Esa sombra que no


se separa jamás de mí,


el dolor.



Muestras diferentes, únicas,


inconfundibles todas ellas.


Sin embargo, todas


comparten algo,


apenas una sensación


que se sitúa


en lo más profundo del dolor:


la ausencia, la pérdida.


SILENCIO Nº 9
(Fogonazos)

Vuelven las imágenes,
seguramente, jamás se vayan,
no creo que las deje marchar.
He crecido en una parte del mundo
donde la imagen lo es todo
y ahora, precisamente eso, la imagen,
tu imagen
me acompaña a cada momento.
Sacudiéndolo todo a tu paso
conectando sensaciones, lugares, ideas
hasta hoy inconexos.


SILENCIO Nº 8

Camino,
trato de huir hacia delante
sin mirar lo que dejo a mi paso:
El lugar donde quedan
las palabras que no te dije,
las caricias que no te di,
el amor que siempre tendrás.
Sin querer pensar
ando en círculos
que inevitablemente,
me devuelven al punto de partida.
Y las vuelvo a encontrar.
De nuevo, el dolor
de nuevo, lágrimas desbordando
mientras mi mente acaricia tu imagen
y mi cuerpo se derrumba con tu ausencia.
Cada día, a cada instante
el ciclo empieza de nuevo.
Las preguntas y la culpa
se entrelazan, lo envuelven todo
y llega la oscuridad
a plena luz del día
Respiro, me calmo
aprovecho el lapso de serenidad
para despedirme.
Siempre será un hasta luego
sé que más tarde
te volveré a encontrar
y pronunciaré una vez más
todo lo que no pude decirte.


SILENCIO Nº 7
(Adoramos el humo/Tememos el fuego)

En medio del vacío
las palabras tratan de ofrecer consuelo,
buscan la manera
de erigirse en escudos
tras los que ocultar
pensamientos y emociones innombrables.

Pero los discursos
no son más que columnas de humo
en busca de un cielo inalcanzable,
con una vida efímera
si no hay un fuego bajo sus pies.

Fuego,
ancestral amigo
que reconforta el espíritu
pero que exige el continuo esfuerzo
para mantenerlo vivo,
para que cuando la llama vacile
no se extinga y siga
permitiendo calentarnos en torno a él.

Como de costumbre,
hemos perdido el amor por lo sencillo,
por lo esencial.
Sólo queremos lo efectista, lo insustancial.

Adoramos el humo.

Tememos el fuego.




SILENCIO Nº 6
(Algún día)

Algún día
seremos capaces de mirarnos a los ojos
sin miedo, sin rencor.
Libres del dolor
que nos impide vernos,
que hace imposible
que nos reconozcamos como lo que somos:
Seres que se buscan,
se anhelan, se necesitan
para transitar el sinuoso camino
que en tiempos remotos elegimos.

Algún día
seremos capaces de mirarnos a los ojos
sin culpa, sin dolor
tan sólo por el placer
de sentir nuestras miradas
y sabernos iguales, formando parte
de una misma trayectoria,
de una misma estela
que empezó a surcar la vida
hace mucho tiempo.

Algún día
seremos capaces de mirarnos a los ojos
sin mirarnos
tan sólo rozando nuestra piel
sintiendo que nuestras miradas
son cómplices de nuestros cuerpos,
de nuestras mentes y nuestros anhelos
Algún día
no necesitaremos pensar en si seremos capaces
simplemente, lo seremos
Algún día.


SILENCIO Nº5
El llanto descarnado
deja paso a lágrima constante,
eternizando su descenso
sin lugar a dónde ir.

La injusticia primera
se ha convertido en el dolor de lo cotidiano,
en la angustiosa rutina
de un mundo que ya no gira más.

Cada día que pasa,
noto como el vacío se hace fuerte,
se aferra sin piedad
a cualquier atisbo de vida
y se convierte en el motor
de la lucha que sostiene la vida.



SILENCIO Nº 4
Siempre oí decir que el fuego
purifica, redime.
Yo sólo siento que abrasa
que deja bajo mis pies
un erial de tierra quemada
por donde caminar.

Buscando un sentido, una señal
algo que demuestra que la esencia de lo humano
sigue entre nosotros,
incólume y eterna.

El camino es duro
cuando se recorre con
la incertidumbre y la tristeza como compañeras,
cuando se recorre con
la esperanza del que ya nos espera nada.




SILENCIO Nº 3
(Lo inhumano)

Y en medio del caos
apareció la verdadera cara,
el auténtico rostro del terrible medio
edificado para hacernos creer
que seguimos siendo humanos.

Burocracia con gesto amable
recordándote que aquí todo tiene un precio.
Hasta el dolor que te está destrozando,
tiene un precio.
La humillación acrecienta el daño,
lo lanza hacia arriba
haciendo la caída más terrible.

Llegará el día
en que volveremos a reconocernos
como humanos,
libres de ganancias y pérdidas.
Mientras, seguiremos deambulando
por tierra salada
buscando el lugar
dónde el corazón vuelva a latir





SILENCIO Nº 2
El tiempo se detiene,
me inunda un terrible frío
que me hace sudar.
Más tarde, un calor absolutamente helado.
Y de repente, lo noto.
Es algo sutil, apenas perceptible
pero sé que no hay vuelta atrás.
Ya nada volverá a ser igual.
Algo dentro de mí se ha quebrado
y tarde o temprano pagaré las consecuencias.

Luego respiro,
tomo conciencia de la pequeñez de mi ser,
de lo minúsculo de mi papel
en el teatro de la vida.
Comprendo que, a pesar de todo,
el mundo sigue girando.





SILENCIO Nº 1
En las horas más oscuras
vuelven a mí tus rasgos, nuestras semejanzas
aquello que nos conecta a todos los seres humanos.
Y lloro, sin lágrimas, sólo dolor
lloro por ti, por mí, por todos los que todavía
son capaces de sentir como propio el dolor ajeno.

Escucho las voces del presente,
me conminan para que construya
mi propio templo
impermeable, inviolable.
Jamás lo comprenderán,
no es posible avanzar sin el resto.
Las fortalezas interiores
sólo son muros clamando por su destrucción.

Despunta la claridad
el dolor y la carne ceden,
el sentimiento persiste, se agranda.
No hay camino sin ti.
No hay posibilidad siquiera
sin todos los demás.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno!!

Anónimo dijo...

Bueno!!